FUNDAÇÃO MALCOLM LOWRY

FUNDAÇÃO MALCOLM LOWRY

Este blogue foi criado com o intuito de unir a comunidade lowryana de todo o mundo, a fim de trocar ideias e informação sobre o autor, promover a organização de conferências, colóquios e outras actividades relacionadas com a promoção da sua obra. Este é o primeiro sítio trilingue feito no México sobre o tema. Cuernavaca, México.


Malcolm Lowry Foundation


This blog was created to comunicate all lowry scholars, fans and enthusiastics from around the world in order to promote the interchange of materials and information about the writer as well as organize events such as lectures, colloquiums and other activities related to the work of the author. Cuernavaca, Mexico.


FONDATION MALCOLM LOWRY

Ce blog a été crée dans le but de rapprocher la communauté lowryenne du monde entier afin de pouvoir échanger des idées et des informations sur l'auteur ainsi que promouvoir et organiser des conférences, colloques et autres activités en relation avec son oeuvre. Cuernavaca, Morelos, Mexique.


domingo, 9 de julio de 2017

Los muertos de Comala y del Parián

Fotografía Óscar Menéndez                                                  


Los muertos de Comala y del Parián
Infiernos paralelos en el México del siglo XX

Por Alberto Rebollo

La novela Bajo el volcán, de Malcolm Lowry (publicada en castellano en 1964) es la historia de dos muertos contada por ellos mismos y por una voz omnisciente en un larguísimo flashback o analepsis desarrollada en Quauhnáhuac y más específicamente en Parián, donde la pareja de enamorados muere. El ambiente no puede ser más nefasto: para Lowry México siempre fue un paraíso infernal y la trama se desarrolla en la época de la guerra de los Cristeros durante un día de muertos. En Pedro Páramo, de Juan Rulfo (1955) asistimos a un pueblo llamado Comala (de comal: ardor, infierno), en donde los muertos van contando su propia historia sólo que aquí, curiosamente, los muertos prosiguen su historia después de haber sido enterrados y siguen hablando como si siguieran vivos. En el día de muertos de Bajo el volcán de 1939, Yvonne y el Cónsul (muertos un año atrás) de alguna forma regresan del inframundo para contar su historia de amor infeliz; la frase introductoria que se presenta al terminar el primer capítulo en la feria del centro de Quauhnáhuac dice así: “la rueda luminosa giraba al revés…” Lowry sabe que en México los muertos vuelven un día al año y por eso Yvonne y el Cónsul llegan a nosotros justo un año después en día de muertos y a través de un libro y se vuelven míticos e inmortales, pero Rulfo va aún más allá, porque como cualquiera que viva o haya vivido en México habrá notado, aquí curiosamente no hay una frontera clara entre los vivos y los muertos y esto viene desde nuestros antepasados aztecas; en el mundo occidental y como parece obvio la muerte marca una clara línea divisoria entre la gente, pero en la tradición prehispánica no, en la cosmovisión prehispánica la muerte simplemente implicaba un cambio de estado pero no un alejamiento ni una fractura irreparable sino un tipo distinto de convivencia. En otros países cuando alguien muere se le convierte en cenizas, te lo dan en un jarrón y cada quien se va a dormir a su casa, pero en México no, en México al muerto se le llora, se le vela, se le hace una procesión, se le canta, se le entierra, se le reza durante días y frecuentemente, incluyendo claro el día de muertos, se le acompaña en el panteón en donde no sólo se llevan flores sino se realizan incluso jolgorios, festines, taquizas y borracheras en honor del difunto. Obviamente los amigos y familiares platican con el muerto y hasta cigarritos le convidan; en suma, los muertos en México son vistos como si de alguna forma siguieran entre nosotros. Rulfo capta esta realidad mexicana, esta forma de ver la muerte presente en los pliegues del aire y lo plasma de manera magistral en su novela. Cuando muere Susana, la única mujer que Pedro Páramo amó realmente, la gente del pueblo sale a “penar” pero todo termina en una gran fiesta tan desmedida que Pedro Páramo no lo puede soportar:
 
"Comenzó a llegar gente de otros rumbos, atraída por el constante repique. De Contla venían como en peregrinación. Y aun de más lejos. Quién sabe de dónde, pero llegó un circo, con volantines y sillas voladoras. Músicos. Se acercaban primero como si fueran mirones, y al rato ya se habían avecindado, de manera que hasta hubo serenatas. Y así poco a poco la cosa se convirtió en fiesta. Comala hormigueó de gente, de jolgorio y de ruidos, igual que en los días de la función en que costaba trabajo dar un paso por el pueblo.
Las campanas dejaron de tocar; pero la fiesta siguió. No hubo modo de hacerles comprender que se trataba de un duelo, de días de duelo. No hubo modo de hacer que se fueran; antes, por el contrario, siguieron llegando más.
La Media Luna estaba sola, en silencio. Se caminaba con los pies descalzos; se hablaba en voz baja. Enterraron a Susana San Juan y pocos en Comala se enteraron. Allá había feria. Se jugaba a los gallos, se oía la música; los gritos de los borrachos y de las loterías. Hasta acá llegaba la luz del pueblo, que parecía una aureola sobre el cielo gris. Porque fueron días grises, tristes para la Media Luna. Don Pedro no hablaba. No salía de su cuarto. Juró vengarse de Comala:
—Me cruzaré de brazos y Comala se morirá de hambre.
Y así lo hizo".

En Bajo el volcán hay un pasaje similar cuando de pronto en una alegre procesión dice:

"Surgido de la nada, navegaba el entierro del niño; al diminuto ataúd cubierto de encaje seguía la banda (dos saxofones, un guitarrón y un violín que, sorprendentemente tocaban ‘La Cucaracha’), detrás venían las mujeres, solemnísimas, en tanto que poco más lejos algunos mirones bromeaban y, casi correteando, levantaban unas tolvaneras en la cual se desparramaban".
 
En la novela de Juan Rulfo un tanto me parece también como venganza la gente celebra la muerte de Susana y el desmoronamiento moral de Pedro Páramo. Terminado este gran evento la gente es desterrada de Comala y Pedro Páramo se queda solo a esperar la muerte. Rulfo entonces, basado en esta ausencia de fronteras entre los vivos y los muertos, que también entiende Lowry, cuenta una historia que comienza de manera realista en la que un joven llamado Juan Preciado ve morir a su madre y le hace la promesa de ir a buscar a su padre Pedro Páramo a Comala donde le cobrará todo lo que no le dio en su vida. Pero la novela toma un sabor fantástico cuando el joven Juan Preciado de pronto se ve inmerso en un pueblo fantasma lleno de ecos del pasado y de muertos vivientes con descripciones tan escalofriantes como la siguiente:
 
"Ése fue el sueño "maldito" que tuve y del cual saqué la aclaración de que nunca había tenido ningún hijo. Lo supe ya muy tarde, cuando el cuerpo se me había achaparrado, cuando el espinazo se me saltó por encima de la cabeza, cuando ya no podía caminar. Y de remate, el pueblo se fue quedando solo; todos largaron camino para otros rumbos y con ellos se fue también la caridad de la que yo vivía. Me senté a esperar la muerte. Después que te encontramos a ti, se resolvieron mis huesos a quedarse tiesos. "Nadie me hará caso", pensé. Soy algo que no le estorba a nadie. Ya ves, ni siquiera le robé el espacio a la tierra. Me enterraron en tu misma sepultura y cupe muy bien en el hueco de tus brazos. Aquí en este rincón donde me tienes ahora. Sólo se me ocurre que debería ser yo la que te tuviera abrazado a ti. ¿Oyes? Allá fuera está lloviendo. ¿No sientes el golpear de la lluvia?
—Siento como si alguien caminara sobre nosotros.
—Ya déjate de miedos. Nadie te puede dar ya miedo. Haz por pensar en cosas agradables porque vamos a estar mucho tiempo enterrados".
 
Este pasaje tan intenso, recuerda un tanto al no menos tétrico título de la siguiente novela de Lowry: Oscuro como la tumba donde yace mi amigo. La perspectiva es la misma; ver la vida o pensar la vida desde el interior de un féretro que está bajo la tierra. El escritor inglés, por su parte, de manera profética termina su novela Bajo el volcán en un pueblo llamado Parián, entonces un pueblo ajetreado en la sierra de Oaxaca, de influencia política y militar importante pero que hoy, luego de la desaparición del tren de pasajeros de México, está convertido en un auténtico pueblo fantasma donde viven apenas unas siete personas. En Bajo el volcán, en el pueblo del Parián, el Cónsul es asesinado por fascistas de derecha y luego tirado a la barranca junto con un perro muerto quien, seguramente, lo acompañará a cruzar el rio del inframundo, como creían los aztecas. Pero hablo de Parián porque tuve la oportunidad de visitar el pueblito hace unos pocos años y es realmente increíble la similitud que tiene con las descripciones del Comala de Rulfo. Incluso le propondría a Óscar que filmaramos una película de Pedro Páramo en Parián como Comala y quedaría maravillosa.
No hay la menor duda de que Comala es el infierno (cito plática al inicio entre Juan Preciado y Abundio):
 
"—Hace calor aquí —dije.
—Sí, y esto no es nada —me contestó el otro—. Cálmese. Ya lo sentirá más fuerte cuando lleguemos a Comala. Aquello está sobre las brasas de la tierra, en la mera boca del infierno. Con decirle que muchos de los que allí se mueren, al llegar al infierno regresan por su cobija".
 
En Comala Juan Preciado morirá de miedo y al final se convierte en un pueblo habitado por espectros, ecos y fantasmas. “Fantasmas, fantasmas como en el Casino vivían aquí ciertamente” dice Lowry en Bajo el volcán, mientras que del Parián se dice que, al igual que Comala “es un infierno” en el cuál morirá asesinado el Cónsul. Muertos que van de camino al infierno en un paraíso infernal que cada día tiene menos de paradisíaco y más de infernal.

Salud!

lunes, 3 de julio de 2017

Pedro Páramo y Bajo el volcán

PEDRO PÁRAMO E DEBAIXO DO VULCÃO – UM JOGO DE ESPELHOS

Não constitui novidade que o México, ao longo dos séculos, tem sido terreno fértil para o aparecimento de grandes escritores. Nezahualcóyotl, Sor Juana Inés de la Cruz ou, mais contemporaneamente, Octavio Paz, Jorge Ibargüengoitia e David Toscana são inegáveis exemplos deste prodígio e autores de obras que não só se constituíram como marcos da assombrosa capacidade de imaginar mundos ficcionais como contribuíram para a riqueza literária que permite à civilização humana continuar a sonhar. Juan Rulfo integra também, por direito próprio, este restrito grupo, autor de uma obra cujo reconhecimento saiu do seu espaço natural e se converteu em património literário universal.
Este escritor sayulense tem ainda a extraordinária particularidade de a sua obra ser anormalmente escassa. Inevitavelmente, para um confesso admirador de Malcolm Lowry (como é o autor destas linhas), esta singularidade não deixa de constituir, mais do que uma curiosidade, um bom pretexto (e uma tentação) para revisitar, ainda que de forma muito breve, os dois autores e aquelas que são consideradas as suas principais criações – Pedro Páramo e Debaixo do Vulcão.
Rulfo publicou em vida apenas dois livros (Llano en Llamas e Pedro Páramo), sendo o seu outro livro (El Gallo de Oro) editado muitos anos após a sua morte. Semelhante percurso tem Malcolm Lowry: Ultramarina é publicado em 1935, Debaixo do Vulcão em 1947. Todas as outras obras do escritor de New Brighton são póstumas. Em ambos os casos, é o segundo livro que consagra universalmente aos seus autores (e esta aclamação é da responsabilidade não só dos leitores, mas também, e isto é importante, dos seus pares das letras), não constituindo, pois, surpresa que Pedro Páramo e Debaixo do Vulcão integrassem com justiça, e naturalmente, diversas listas das principais obras literárias do século XX.
Um romance desta natureza contém um potencial de transposição para a Sétima Arte que nenhum realizador desconsidera. Por essa razão, e depois de várias tentativas fracassadas de outros realizadores, em 1984 o norte-americano John Huston passou para o cinema a vertigem autodestrutiva de Geoffrey Firmin. Antes, o exilado galego Carlos Velo filmara a saga de Juan Preciado.
Curiosa também é a maneira como os autores classificam os espaços geográficos destas obras. Para Lowry, sabemos desde sempre, Debaixo do Vulcão (Quauhnahuác, em concreto) representaria o Inferno na trilogia «The Voyage that Never Ends». Para o escritor mexicano, Comala constitui o «Refúgio de pecadores», que Juan Preciado vê inscrito na virgem que Eduviges Dyada leva pendurada no peito. Creio serem evidentes as semelhanças simbólicas entre ambos os lugares.
Sendo uma obra em que a mexicaneidade está presente desde a primeira página (os silêncios e os murmúrios, os espaços, a Revolução e as guerras cristeras, a dialéctica real/irreal, a invulgar representação simbólica…), Pedro Páramo é uma obra universal, ninguém considerando actualmente as (aparentes) limitações de que se revestiam algumas das críticas dirigidas ao autor quando a obra foi publicada, em 1955. Além de uma riqueza simbólica incomum, esta obra de Rulfo ostenta uma (complexa) estrutura narrativa, de natureza fragmentária, em que passado e presente se intercalam, fornecendo desse modo as peças que permitirão, por exemplo, construir psicologicamente as personagens, dificultando a sua leitura (mas sem lhe retirar o prazer) e exigindo do leitor um continuado esforço para a sua compreensão. Não são também todos elementos que nos maravilham em Debaixo do Vulcão?
Terminamos com uma última e peculiar analogia. Parece-me inquestionável que uma das principais linhas que atravessam estes duas extraordinárias obras constitui uma reivindicação. Em Pedro Páramo, por exigência da mãe à cabeceira da morte, o protagonista parte em busca do pai, mas a viagem a Comala é também pretexto para reclamar o que considera seu. Tal como Yvonne, que regressa a Quauhnáhuac não só para proporcionar ao marido uma derradeira hipótese de amar, mas também para lhe exigir algo a que ela considera ter direito – ser feliz.
Num e noutro caso, Preciado e Yvonne procuram alguém que já não existe, encontrando no seu lugar nada mais do que fantasmas, fantasmas e mais fantasmas. Desencantados, não lhes resta outra alternativa que não concluir que a ilusão tem um preço, neste caso demasiado alto, que ambos haveriam de pagar da forma mais extrema e cruel: com a própria vida.
Marcelo Teixeira
Lisboa, 25 de Junho de 2017










PEDRO PÁRAMO Y BAJO EL VOLCÁN – UN JUEGO DE ESPEJOS

No constituye una novedad que México, a lo largo de los siglos, haya sido terreno fértil para la aparición de grandes escritores. Netzahualcoyotl, Sor Juana Inés de la Cruz, o más contemporáneamente, Octavio Paz, Jorge Ibargüengoitia y David Toscana son ejemplos innegables de este prodigio de autores de obras que no sólo se constituyen como marcos de la asombrosa capacidad de imaginar mundos ficticios sino que contribuyen a la riqueza literaria lo que permite a la civilización humana continuar soñando. Juan Rulfo integra también, por derecho propio, este selecto grupo, autor de una obra cuyo reconocimiento pasó de pertenecer a su espacio natural a convertirse en patrimonio literario universal.
Este escritor sayulense tiene además una extraordinaria particularidad, de que su obra es anormalmente escasa. Inevitablemente, para un admirador confeso de Malcolm Lowry (como es el autor de estas líneas), esta singularidad no deja de constituir, más que de una curiosidad, un buen pretexto (o una tentación) para revisar, aunque de una forma muy breve, a los dos autores y aquellas que son consideradas sus principales creaciones Pedro Páramo y Bajo el Volcán.
Rulfo publicó en vida únicamente dos libros (El Llano en Llamas y Pedro Páramo), siendo otro libro suyo (El Gallo de Oro) editado muchos años después de su muerte. Semejante trayectoria tuvo  Malcolm Lowry: Ultramarina y publicado en 1935, Bajo el Volcán en 1947. Todas las otras obras del escritor de Nueva Bringhton son póstumas. En ambos casos, es el segundo libro el que consagra universalmente a sus autores (y esta aclamación no sólo es de los lectores, pero también, y esto es importante, de sus pares de las letras), no constituye, pues, sorpresa que Pedro Páramo y Bajo el Volcán integren con justicia, y naturalidad, diversas listas de las principales obras literarias del Siglo XX.
Un relato de esta naturaleza contiene un potencial de trasposición para el Séptimo Arte que ningún realizador ignora. Por esa razón, y después de varias tentativas fracasadas de otros realizadores, en 1984 el norteamericano John Huston pasó al cine la vertiginosa autodestrucción de Geoffrey Firmin. Antes, el gallego Carlos Velo filmó la hazaña de Juan Preciado.
También es curiosa la manera en la que los autores clasifican a los espacios geográficos de estas obras. Para Lowry, sabemos desde siempre que Bajo el Volcán (Quauhnáhuac, en concreto) representa el infierno en la trilogía “El viaje que nunca termina”. Para el escritor mexicano, Comala constituye el “Refugio de los pecadores” que Juan Preciado ve escrito en el pendiente que la virgen Eduviges Dyada lleva en el pecho. Creo que son evidentes las semejanzas simbólicas entre ambos lugares.
Es una obra en la que la mexicanidad está presente desde la primera página (los silencios o murmullos, los espacios, la Revolución y las guerras cristeras, la dialéctica real/irreal, una representación simbólica poco común…), Pedro Páramo es una obra universal,  nadie puede considerar actualmente las (aparentes) limitaciones de las que se valían algunas críticas dirigidas al autor cuando la obra fue publicada en 1955. Más allá de una riqueza simbólica poco común, esta obra de Rulfo ostenta una (compleja) estructura narrativa, de naturaleza fragmentaria, en la que el pasado y el presente se intercambian,  abasteciendo de este modo  las piezas que permiten, por ejemplo, construir psicológicamente los personajes, dificultando su lectura (pero sin retirarle el encanto) y exigiendo al lector un continuo esfuerzo para su comprensión. ¿No son también todos los elementos que nos maravillan de Bajo el Volcán?
Terminamos con una última analogía peculiar. Me parece incuestionable que una de las principales líneas que atraviesan estas dos extraordinarias obras constituye una reivindicación.  En Pedrero Páramo, por exigencia de la madre en su lecho de muerte, el protagonista parte en busca del padre, pero el viaje a Comala es también un pretexto para reclamar lo que considera suyo. Tal como Yvonne, que regresa a Quauhnáhuac no sólo es para proporcionarle al marido una última propuesta de amor, pero también es para exigirle algo a lo que ella considera tener derecho –ser feliz.
En uno y otro caso, Preciado e Yvonne buscan a alguien que ya no existe, encontrando en su lugar nada más que fantasmas, fantasmas y más fantasmas. Desilusionados, no les queda otra alternativa que concluir que la ilusión tiene un precio, en este caso demasiado alto, que ambos tendrían que pagar de la forma más extrema y cruel: con la propia vida.

Marcelo Teixeira
Lisboa, 25 de junio de 2017
(Traducción de Mercedes Pedrero)

Homenaje a Juan Rulfo

La Fundación Malcolm Lowry rindió homenaje a Juan Rulfo en el centenario de su natalicio proyectando el documental del maestro Óscar Menéndez y los comentarios de Alberto Rebollo, Dany Hurpin, Félix García, John Prigge y Marcelo Teixeira.
Siguiendo la tradición de Geoffrey Firmin, todo terminó con mezcal. Salú!




Foro en La Casona Spencer




El pasado viernes 30 de Junio de 2017 a las 19:00hrs, La Casona Spencer inauguró el Foro recién terminado que está dedicado a Elizabeth Brown Spencer (1903-1986) quien fuera esposa de John Spencer y con cuya herencia John pudo compra La Casona y a John Anderson (1949-2014) con cuyo donativo fue posible terminar la sala. Los miembros del Consejo de la Casona Spencer y los de compañeros de la Fundación Malcolm Lowry estuvieron presentes.